La Reciprocidad es la capacidad de dar y recibir. Cuando se trata del amor, se hace de forma generosa, cálida y gratificante en todas las relaciones que establecemos y en cada rol que desempeñemos a lo largo de nuestra vida.
Sin embargo, podemos pelearnos con la reciprocidad y desequilibrarla, cuando:
1- Asumimos la actitud de dar como forma de establecer una transacción de intercambio.
2- En la relación que vivimos, es uno sólo el que lo da todo, y el otro se limita solo a recibir y beneficiarse.
3- El receptor se niega a recibir, cerrando el corazón al amor de los demás.
¿Doy amor a manos llenas?. ¿Recibo el amor que viene de vuelta con las manos/corazón cerrado?...¿Recibo amor a manos llenas pero no entrego el amor a los demás?
¿Deseas equilibrar tu reciprocidad?
· Pon el esfuerzo, dedicación y recursos para tu bien y el de los demás.
· Propicia la sensibilidad y la empatía.
· Permítete aceptar y agradecer con y humildad lo que te ofrecen con amor.
· Practica el modelo congruente: “amarse los unos a los otros como Él nos amó” (Juan 13,34)
Busca ayuda para mantener en equilibrio en tu Reciprocidad.
Msc. Déborath Camacho.
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¿CÓMO ESTA EL EQUILIBRIO EN MI RECIPROCIDAD?
La Reciprocidad es la capacidad de dar y recibir. Cuando se trata del amor, se hace de forma generosa, cálida y gratificante en todas las relaciones que establecemos y en cada rol que desempeñemos a lo largo de nuestra vida.
Sin embargo, podemos pelearnos con la reciprocidad y desequilibrarla, cuando:
1- Asumimos la actitud de dar como forma de establecer una transacción de intercambio.
2- En la relación que vivimos, es uno sólo el que lo da todo, y el otro se limita solo a recibir y beneficiarse.
3- El receptor se niega a recibir, cerrando el corazón al amor de los demás.
¿Doy amor a manos llenas?. ¿Recibo el amor que viene de vuelta con las manos/corazón cerrado?...¿Recibo amor a manos llenas pero no entrego el amor a los demás?
¿Deseas equilibrar tu reciprocidad?
· Pon el esfuerzo, dedicación y recursos para tu bien y el de los demás.
· Propicia la sensibilidad y la empatía.
· Permítete aceptar y agradecer con y humildad lo que te ofrecen con amor.
· Practica el modelo congruente: “amarse los unos a los otros como Él nos amó” (Juan 13,34)
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Sin embargo, podemos pelearnos con la reciprocidad y desequilibrarla, cuando:
1- Asumimos la actitud de dar como forma de establecer una transacción de intercambio.
2- En la relación que vivimos, es uno sólo el que lo da todo, y el otro se limita solo a recibir y beneficiarse.
3- El receptor se niega a recibir, cerrando el corazón al amor de los demás.
¿Doy amor a manos llenas?. ¿Recibo el amor que viene de vuelta con las manos/corazón cerrado?...¿Recibo amor a manos llenas pero no entrego el amor a los demás?
¿Deseas equilibrar tu reciprocidad?
· Pon el esfuerzo, dedicación y recursos para tu bien y el de los demás.
· Propicia la sensibilidad y la empatía.
· Permítete aceptar y agradecer con y humildad lo que te ofrecen con amor.
· Practica el modelo congruente: “amarse los unos a los otros como Él nos amó” (Juan 13,34)
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¿CÓMO ESTA EL EQUILIBRIO EN MI RECIPROCIDAD?
La Reciprocidad es la capacidad de dar y recibir. Cuando se trata del amor, se hace de forma generosa, cálida y gratificante en todas las relaciones que establecemos y en cada rol que desempeñemos a lo largo de nuestra vida.
Sin embargo, podemos pelearnos con la reciprocidad y desequilibrarla, cuando:
1- Asumimos la actitud de dar como forma de establecer una transacción de intercambio.
2- En la relación que vivimos, es uno sólo el que lo da todo, y el otro se limita solo a recibir y beneficiarse.
3- El receptor se niega a recibir, cerrando el corazón al amor de los demás.
¿Doy amor a manos llenas?. ¿Recibo el amor que viene de vuelta con las manos/corazón cerrado?...¿Recibo amor a manos llenas pero no entrego el amor a los demás?
¿Deseas equilibrar tu reciprocidad?
· Pon el esfuerzo, dedicación y recursos para tu bien y el de los demás.
· Propicia la sensibilidad y la empatía.
· Permítete aceptar y agradecer con y humildad lo que te ofrecen con amor.
· Practica el modelo congruente: “amarse los unos a los otros como Él nos amó” (Juan 13,34)
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