Cuando Oras, no sólo ejercitas tu fe, tambien externalizas preocupaciones y emociones, drenas o haces catarsis, en tu pensamiento, o vocalizando a solas o en familia y comunidad.
Cuando oras, calmas tu mente y tu espíritu, así duela tu plegaria y alabanza. Puedes sentirte y lucir luego más relajado y tranquilo.
Hay investigaciones realizadas con pacientes coronarios en Estados Unidos e Inglaterra, en los que quienes oran o reciben oración muestran períodos más cortos de recuperación, y mientras lo hacen, disminución de sus niveles de presión arterial, ritmos metabólicos cardíacos y respiratorios.
Pese a que la espiritualidad y la ciencia difieren en evidencias, hasta la neurociencia ha hallado en imágenes de Resonancia Magnética, cambios positivos, que sugieren mayor actividad en los lóbulos frontales de pacientes ancianos con pérdida de memoria. Señalándose que la oración es una experiencia Emocional y Neurológicamente sana para todos.
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Si vives hoy situaciones complejas, recuerda que orar tantas veces como desees , puede ser un recurso de calma y de comunicación con Dios siempre camina a tu lado.
Escrito por:
María Auxiliadora Montenegro. Psicóloga equipo PACES.
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