Es normal y esperado sentirse triste en momentos como estos; hemos perdido la sensación de estar seguros y protegidos; percibimos una falta de control en nuestras vidas, aunado a una desconfianza en el mundo, como ese lugar seguro que ahora cambia drásticamente.
Además muchos también hemos experimentado pérdidas físicas, materiales, económicas y humanas. Todo esto unido al distanciamiento social puede volvernos tristes y desesperanzados. Es esperado que te sientas agotado, cansado mental y físicamente de la situación y que así como creas que el estrés es más que suficiente, las pérdidas te tornen triste, desmotivado y en ocasiones con pocos deseos de compartir, trabajar, estudiar o cumplir con tus responsabilidades.
Médicos y profesionales de la salud mental, vemos muchas de estas reacciones normales, tras una situación excepcional, en todo caso adaptativa. Sin embargo ten presente que la depresión, como trastorno, también puede desencadenarse.
Si la tristeza, llanto frecuente, apatía, falta de disfrute, alteración de sueño, humor y de tus relaciones , persiste por más de dos semanas e interfiere en el cumplimiento de tus tareas y estilo de vida busca apoyo profesional.
La Depresión es más que sentirse triste o tener días malos.!
Artículo escrito por Ps. María Auxiliadora Montenegro. Equipo PACES.
Escribe a pastoral.paces@gmail.com
0 comentarios:
Publicar un comentario