La Asertividad es un estilo comunicacional que implica la expresión directa, honesta y funcional de los sentimientos, necesidades y creencias, donde prevalece la empatía y el respeto ante la posición del otro.
Las personas asertivas toman decisiones, defienden su derecho sin agresividad, son observadores activos, son responsables de sí mismos y de sus emociones, sin asumir culpas y conflictos ajenos y sin culpar a otros por sus decisiones.
Sin embargo, la asertividad es situacional y en determinados escenarios puede ser abordada desde el silencio, pues ser asertivo no es sólo la expresión oral y/o verbal, sino que es reconocerse, responsabilizarse de sí mismo y proyectar seguridad, aunque sea sin hablar.
También Jesús lo utilizó en diferentes circunstancias; una de ellas cuando quedó callado al ser presentado y acusado ante Pilatos (Mt 27, 12-14); quien se inquietó y sorprendió ante la postura firme, serena y silenciosa de Jesús. Él, a pesar de la humillación y burla a la que era sometido, siendo inocente, sabiendo el sufrimiento que le esperaba, siendo Dios, el Salvador, se quedó en Silencio.
A imagen de Jesús es necesario asumir que en el camino hacia la asertividad, es fundamental el silencio en aquellas circunstancias que lo ameriten, especialmente cuando los puntos de encuentro se pierden en el horizonte y lo que se avecina es una gran tempestad que puede ser evitada.
Es necesario entender que hay momentos en que hablar no es tan importante, por ello simplemente concéntrate en tu respiración, cuenta la cantidad de veces que inhalas y exhalas y trata de respirar aún más profundamente, escucha lo que sucede a tu alrededor y toma conciencia de cómo estás pensando y sintiendo, antes de expresarte.
Msc. Deborath Camacho, equipo PACES.
Escribe a pastoral.paces@gmail.com
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