Los términos medicina alternativa, complementaria; se usan para describir tipos de productos, prácticas y tratamientos que no forman parte de la medicina convencional. Se han estudiado algunos métodos complementarios y se ha demostrado que ayudan a que las personas se sientan mejor, sobre todo en los casos leves, como la toma de tes (jengibre, limón, manzanilla), gárgaras de agua con sal, bicarbonato (NO a altas temperaturas, por riesgo de quemaduras en la mucosa oral). Hace unos días la Organización Mundial de la Salud ( OMS), dió a conocer que el uso de medicina alternativa debe ser analizada cuidadosamente para determinar su eficacia contra el COVID-19. La OMS se encuentra trabajando con instituciones de investigación para seleccionar productos de medicina tradicional alternativas y comprobar su eficacia para el tratamiento. La organización aseguro, que existe el peligro de información falsa entorno a las actividades de ciertos remedios, enfatizó que muchas plantas y sustancias que no cumplan con los requisitos de eficacia y calidad pueden poner en riesgo a las personas. De igual manera la Sociedad Venezolana de Infectología elaboró recomendaciones terapéuticas para COVID-19, advirtiendo que el uso de productos carentes de evidencia científicas pueden ser inútiles y hasta peligrosos, como el uso medicinal del Dióxido de Cloro. La orientación médica oportuna en el tratamiento y el uso de medicinas complementarias y/o alternativas es imprescindible para evitar que alguna sustancia o producto puedan poner en riesgo su vida.
Para ustedes escribió, la Dra. Argelia Hernández, médico PACES.
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