La falta de presencialidad de docentes y estudiantes en aula, ha conllevado a la adopción de la teleeducación como estrategia para dar continuidad al proceso de educación formal, pero en muchas familias la hora de las tareas en casa se ha convertido en una preocupación, y hasta responsable de generar de la situación emocional que retroalimenta la sensación de estrés, agobio e inquietud que se vive en pandemia.
Lo imprevisto de esta realidad, sumado a la carencia de equipos y plataforma tecnológica y sin cursos previos, para aplicar la estrategia de teleeducación, han convertido los hogares en espacios donde la “mega creatividad” lleva la delantera
El camino de la teleeducación sin recursos ha sido impactante para los padres, que de forma inesperada se encontraron ante una estrategia relativamente nueva para muchos, y para otros, muy difícil por las carencias de cursos previos, de equipos y plataformas tecnológicas.
Sin embargo ha sido un camino de logros, pues los padres asumieron el rol de docentes y tutores, cumpliendo con su responsabilidad de dar educación a los hijos, como derecho y deber primordiales e inalienables (Familiaris Consortio, 36). También han sido felices al ver el rostro alegre de los hijos cuando dicen “lo logramos papi o lo logramos mami”, como muestra de haber superado dificultades, desarrollando motivación y empatía. Que gran aprendizaje para padres e hijos que en medio de la crisis se han reinventado para ser PADRES EDUCADORES CON HIJOS FELICES.
Msc. Deborath Camacho, Equipo PACES.
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