Ante la realidad
abrumadora que nos dice "es tiempo de coronavirus" es urgente que
respondas la pregunta:
Para mí ¿es tiempo de qué?
Porque como habitante de esta aldea global que
es el mundo, esta enfermedad global
tiene un mensaje para ti.
Y en toda comunicación resulta indispensable la escucha que exige prestar atención, no excluir ningún detalle del mensaje. Un mensaje personal con un destinatario con nombre y apellido:
"El tuyo"
Es tiempo de
atender con todos los sentidos y asumir lo que ese mensaje te plantea en
términos de cambio personal para amarte y amar a los demás. Aprovechando
que, sin
haberlo buscado, quedaron suspendidas tus agendas copadas de actividad y con ellas, las
excusas para no mirar hacia dentro en la autoreflexion, hacia los lados en la empatía y la
solidaridad y hacia arriba en el agradecimiento y reconocimiento a Dios como
Creador, Salvador y Santificador, Todopoderoso y Eterno.
Es tiempo de Coronavirus, tiempo de cambio que no podrás concretar en positivo sin gestionar las emociones que, con motivos sobrados, pueden provocarte un colapso emocional. Tiempos de reencontrarte con tu humanidad y tú espiritualidad. Tiempo de orar con santa Teresita : Nada te turbe, nada te espante. Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza.
!Quien a Dios tiene nada le falta. ¡Solo Dios basta!